Convendremos en que el lenguaje va evolucionando. Surgen nuevas acepciones y expresiones que vamos incorporando, algunas veces de forma natural y otras un poco a regañadientes y resistiéndonos. Como ejemplo, hace 10 años nadie hablaba de redes sociales, tuitear, pinear, postear o embeber. Del mismo modo hemos dejado de hablar de cassettes o discos de almacenamiento. Pero no es precisamente de tecnología de lo que quiero hablar. Voy a hablaros de expresiones que oigo muy a menudo, sobre todo en gente joven, desempleada y empleada, que realmente pueden hacer perder una oportunidad de empleo en una entrevista de trabajo o un empleo que ya tienen.
freedigitalphotos.net
La razón es que, más allá de que a los profesores de lengua o filología les piten los oídos cada vez que oyen pronunciar su mero uso o su uso abusivo, los entrevistadores y los empleadores no utilizan este lenguaje. Y lo que es peor, lo relacionan con un lenguaje de la calle, lejano al que se usa en su empresa y seguramente en su familia. En definitiva, un lenguaje que no quieren que se use de cara al cliente por ser demasiado «moderno», «juvenil» y «callejero». Por eso nos restan puntos a la hora de convencer a un empleador para conseguir o mantener un empleo. Te cuento los que he identificado como más habituales:
1. ¿Vale?
El problema no es su uso en determinadas situaciones como finalización de una frase. El problema es su uso abusivo y la incapacidad o no voluntariedad de utilizar otros sinónimos como ¿de acuerdo? ¿le parece bien? ¿ok? En muchas ocasiones se hace de forma involuntaria, pero he oído a más de uno y de una utilizar la expresión «¿vale?» más de 5 veces en 1 minuto. No quiero decir que no se utilice, sino que se utilice con moderación y mezclado con otros sinónimos como los que te acabo de mostrar. Hay que demostrar riqueza lingüística. ¿Vale? Digo… ¿estamos de acuerdo?.
2. Perdona
Se ha puesto de moda en los últimos meses (quizá años) utilizar la palabra perdona, o más bien «¿perrrrrdona?», cuando no estamos de acuerdo con algo y queremos hacer una gracia. Un ejemplo: «Le di un billete de 20 euros y me devolvió 8 por un helado que me costó 2 euros. ¿Perrrrrdona?» (acompañado de cara de «¿qué me estás contando?»). Esta expresión no se utilizaba hasta hace meses (o pocos años) y surge del colectivo más juvenil. Su uso en un puesto de trabajo en atención al público, en una reunión con superiores o incluso en una entrevista de trabajo no va a hacer más que restarte valor, porque te van a identificar con un público juvenil y poco preparado.
3. En plan
Otra expresión muy extendida entre los más jóvenes que sustituye a la expresión «como queriendo decir…». Ejemplo: «Me dijo que me fuera porque ya era tarde y quería descansar. En plan… vete, que quiero estar solo.» Es una expresión que presenta una forma más real o más llana de decir el mensaje que hemos recibido previamente de una forma más «delicada» o «cuidada» para no hacer daño, pero que hemos sabido interpretar en su sentido verdadero. Ojo con las conversaciones entre compañeros en horarios de trabajo, sobre todo cuando hay un cliente esperando. Justo hoy mi mujer esperaba a que le atendieran en la carnicería de un supermercado mientras yo estaba en la parte de los fiambres y casualmente la carnicera estaba hablando al lado mía con una compañera de maquillaje tranquilamente y utilizando además esta expresión. Estuve a punto de llamarle la atención No gusta que te hagan esperar más de un minuto cuando el motivo es algo extralaboral y que además se hace en público.
4. Súper o mega
«Había una cola súper larga de coches para llegar aquí esta mañana. La policía estaba súper-mega saturada.» La situación es parecida a la de «¿vale?». No es que no debamos usarlo, sino que hay muchos sinónimos para suplir estas palabras: «muy», «totalmente», «increíblemente», «demasiado», etc. O incluso superlativos: larguísima, saturadísimos, etc. Súper o mega son palabras que chirrían al cliente de segunda y tercera edad. Se trata de utilizar un lenguaje más estándar, aceptado por todos.
5. Para nada
Esta expresión siempre se ha vinculado a un público más «pijo». Lo cierto es que se ha generalizado entre la juventud y los no tan jóvenes. Viene a sustituir a la expresión «en absoluto» o «de ninguna manera». De nuevo insisto, se trata de utilizar estos sinónimos en el discurso y no encerrarnos en esa expresión que no a todo el mundo gusta.
6. ¿Hola?
Muy usada entre los estudiantes universitarios, es una llamada de atención a otra persona que puede o no estar presente en la conversación. Viene a querer decir algo así como: «oye, que estoy aquí» o «¡espabila!». Un ejemplo: «Íbamos los dos andando por la calle y se encontró con un amigo y estuvieron hablando por los menos 10 minutos. Y mientras yo… ¿hola? Me aburro». Es una expresión que suele buscar hacer una gracia a la persona que no está escuchando narrar la situación vivida. Si podemos evitar esto en una situación laboral, mucho mejor.
7. O sea
Otro caso de mala utilización si se usa de forma abusiva. Hay más formas de enlazar frases, de incidir en una explicación o de explicar de otra forma las cosas. Como alternativas tenemos «es decir», «mejor dicho», «me explico mejor», «dicho de otra forma». Si sólo utilizamos «o sea», algo que cuando se da el caso parece ser de forma voluntaria por el interlocutor, resultamos pedantes y, al igual que con la expresión «para nada», con un toque «pijo».
Rizando el rizo, aquí te dejo una frase en la que se utilizan estas siete expresiones:
«Estábamos allí súper bien, la verdad. Hasta que llegó una chavala que no era agradable para nada y se sentó en nuestra mesa diciendo: voy a estar aquí sentada pero no os molesto ¿vale? Y yo: ¿perrrrrdona? O sea, en plan sé que os molesto pero me da igual porque me quiero sentar en algún sitio. Me entraron ganas de decirle: ¿hola? ¡Que estamos aquí hablando aquí hablando cosas privadas y nos has cortado el rollo!»
¿A que no suena bien la frase? No utilices estas expresiones en entrevistas de trabajo o en tu empleo si trabajas de cara al público. Lo único que vas a conseguir es perder puntos.
Me parece, sinceramente, un tanto exagerado. Aunque quizá sea parte de las señales que muestre la persona que utilice esas expresiones de su nivel educativo, con lo que es de suponer que su expresión escrita será, cuanto menos, “delicada”, llena de faltas de ortografías debidas, en parte, al uso excesivo de reglas poco convencionales establecidas para facilitar cierta economía de lenguaje para el famoso twitter (expresar algo en 140 caracteres requiere de cierto dominio del lenguaje, que mucha gente no tiene), para el también muy famoso y utilizado Whatsapp… en fin… Creo que no marcan diferencias porque son la punta del iceberg de la deriva del sistema educativo y del nivel educativo de parte de mi generación y las siguientes (por cierto, nací en el 70, y estoy convencido de que se ha ido cercenando los recursos del sistema educativo, y se le ha ido cargando de contenidos y responsabilidades que siempre le han correspondido a la familia, pero eso sería para otros debates)
Reblogueó esto en AsturGalicia Noticias.